Fiscalía de las Mariítas

Datos de Interés.

Ubicación: Barrio San Juan.
Mayordomo: Miguel Angel Zetino.
Datación: Siglo XVII.
Imágenes Anexas: Ninguna.
Fiesta: 11 y 12 de agosto.

Esta Mesa Altar -Fiscalía- es muy importante dentro de las festividades izalqueñas del mes de agosto. Posee como Imagen titular, a la efigie de “María de los Ángeles” o “Virgen de las Mariítas”, a la que Doña Carmen del Tránsito Quele ex Mayordoma de Ella, la identifica por tradición como “un Angelito”. Debido a que coincidentemente la llegada del sol a su zénit justamente ocurre a mediados del mes de agosto, puede decirse que esta fiesta realmente ya existía previa llegada de los españoles. Mario Masin Payés ex Alcalde del Común afirmaba que, para la ocasión las damas indígenas hacían los respectivos rituales a la diosa Tonantzin, justo en los terrenos que actualmente ocupan las ruinas del otrora Templo Parroquial de Asunción derrumbado en 1773. Importante es anotar, que “Madre Tonantzin”, según los estudiosos en la materia, es el nombre que se le daba a “La Madre Divina de América” conocida como la “Emperatriz de las Américas”, en el Cerro del Tepeyac en la ciudad de México y cuyo nombre actualmente se conoce como Virgen de Guadalupe y que antes que Cristóbal Colón llegara a América, ya se veneraba.

Esa energía todavía permanece allí y se le hizo visible a Juan Diego cuyo verdadero nombre era “Cauahtlatohuac” que quiere decir “Águila Solitaria”; de ahí la explicación de Mario Masin, quien, al mismo tiempo, daba la razón por la cual en el sector Oriente de las ruinas del Templo Parroquial indígena, se haya colocado un sitial de honor a la Virgen de Guadalupe, en un gruta que también encierra su propio misticismo. Significa entonces que María de los Ángeles es a su vez, Tonantzin. Volviendo a la singular fiesta autóctona, narraba Mario Masin que cada mujer lucía sus mejores galas, según era su rango dentro de la comunidad indígena, ya que era considerada como uno de los días más importantes del año. Agregaba que a esto se debe la gran importancia que siempre han tenido las fiestas dedicadas a las “Mariítas”.

A las pertenencias de su Mesa Altar, solamente se suman dos collares con monedas antiguas que en otros tiempos mostraban en mayor cantidad estas piezas, así como también, su respectiva insignia. La historia recuerda a los señores Patricio Parada, Antonio Quele, Silvestre Siguachi, José Purito , Mario Masin y Ricardo Najo, como Mayordomos de esta Mesa Altar. Las vísperas de su fiesta son el 11 de agosto. Para las celebraciones se acostumbraban los tradicionales atributos y la fiesta de su cofradía se caracterizó por no salir a demandar limosnas. Recuerda Doña Carmen Quele, que el actual camarín que resguarda a la pequeña efigie fue generosamente donado por la recordada Matilde Ramón, devota de la Virgen. Agrega que, para esta fecha en otros tiempos, anticipadamente se había pedido al pueblo que llevaran candelas de considerable tamaño las que, pasadas las fiestas servirían para la Mesa Altar durante el resto del año.

En esta cofradía hay una tradición muy singular: “La Entrada de las Marías”. El 11 de agosto María de los Ángeles, es llevada en hombros por niñas que oscilan entre los 10 y 12 años, mayoritariamente pertenecientes al Común; procesionada bajo palio y acompañada por los “Historiantes”, es llevada a las 3 de la tarde hacia el Templo Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción tal y como era el costumbre, no sin antes degustar el tradicional marquesote y refresco de canela ofrecido a los visitantes. Debido a esta “Entrada”, la efigie también es conocida como “Virgen de las Mariítas”; este término se refiere a que como sabemos los conquistadores llamaban genéricamente “María”, a las indígenas por la falta de nombres para ellas en aquellos tiempos, las que eran distinguidas solamente por su apellido.

Esta era la única “Entrada” presidida por el Guion de Plata, es decir, la bandera de los izalcos. En 2010, procurando rescatar la tradición, de nuevo se volvió a usar el palio cuyos varales llevados en manos de 4 tenantes, había lamentablemente desaparecido del escenario en los últimos años. “La Virgen” como también es referida, debe permanecer un día en el citado Templo Parroquial, ya que al día siguiente a las 6 de la mañana se realiza la Misa oficial en su honor, para luego proceder a su retorno. Llegados a la sede de su cofradía, tradicionalmente se ofrece desayuno a los asistentes: chocolate, tamales y pan de dulce. El origen de esta tradición se sustenta en que, siendo María de los Ángeles, el símil sincrético de la diosa Tonantzin, su Imagen debe permanecer en los recintos donde otrora fuera objeto de ceremoniales. Al no poseer las actuales ruinas un techo que resguarde a la efigie, entonces a petición de la Comunidad Indígena, se logró que “La Virgen de las Mariítas” permaneciera al menos por una noche en el lugar considerado sagrado para los izalcos.

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