Cofradía de la Virgen de Belén / Niño Dios de Belén
Datos de Interés.
Ubicación: Barrio San Juan. |
Mayordoma: Juana Cristina Vásquez Turish. |
Datación: Siglo XVI. |
Imágenes Anexas: Virgen de las Mercedes, San José y Santo Rey Mago. |
Fiesta: 23 y 24 de diciembre. |

La cofradía de la Virgen de Belén es una de las más antiguas dentro del conglomerado indígena de Izalco. En ella, el Común celebra las navidades con mucho sincretismo. Su efigie titular, es una de las más grandes con respecto al resto de Imágenes devocionales de la comuna indígena -142 cm-. Su Mesa Altar, la componen un Niño Dios conocido como “Niño de Belén”, un San José, un Santo Rey Mago –anexo a Ella-, “Las Merceditas”, el Crucificado que la representa cada Jueves Santo en la Procesión de los Cristos y su respectiva insignia; también posee las figuras de un buey y una mula. Por sus características vemos que más que una Virgen para cofradía, es una Imagen de Iglesia, ya que prácticamente se trata de un alto relieve; seguramente sea una de las efigies que pertenecieron al antiguo Templo Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción destruido hacia 1773 y que no como todas las que fueron rescatadas de la ruina, no regresara más tras el levantamiento de la nueva y actual edificación parroquial en 1811.
Juana Cristina Vásquez Turish decenaria Mayordoma de la Virgen refiere que, a mediados del siglo XX la Imagen estuvo “de posada” en la ermita de la Virgen de Los Remedios, debido a que se quedó sin cofradía. Luego Fabián Quele fue su Mayordomo y después Isabel de Jesús Pásin Vásquez –madre de ella-, se encargó por más de 30 años de celebrar la fiesta. Tras su muerte, Doña Cristina quedó a cargo hasta la fecha. Recuerda que a finales de los años ochenta, salía “la recordada” en horas de la noche y madrugada a las casas de las Mayoras del Niño Dios, previa vísperas de la fiesta para recordarles su compromiso. Cantaban frente a sus casas, acompañados de guitarras y mucha pólvora para alegrar la visita. Previa celebración, se mandaban los atributos para que el 23 de diciembre, se recibieran las “Entradas”. En este punto, es importante señalar que esta es la única cofradía de corte indígena, en la que “la recordada” se realizara, ya que esta costumbre es más bien propia de las Cofradías ladinas, hacia el Norte de Izalco.
Los izalqueños más longevos, recuerdan cómo de igual manera al Niño Pepe, hacia mediados de los años sesenta del siglo pasado, el Niño Dios de Belén salió más de una vez acompañado de cipotes tocando carapachos de tortuga, al momento en que el Sagrado Infante salía a demandar limosnas, acompañado también de pito y tambor. Debido a que los Cofrades no pudieron mantener esta tradición y también porque la cofradía como tal, nunca tuvo imágenes de “demanda”, la insignia de la Virgen es la que ha salido en los últimos años por las calles de su barrio, a demandar las limosnas tan necesarias para poder llevar a cabo la fiesta cada año. Cristina Vásquez: “A la Virgen la buscan mucho las embarazadas que tienen algún problema”. Acá se infiere una relación directa, con el relato bíblico que narra las aflicciones por las que pasó María antes de traer al mundo al Divino Niño en aquél humilde pesebre. El día 24, la fiesta alcanza su máximo esplendor. En mejores épocas se hacía el “Baile de la Sebastiana” -consultar escrito dedicado a ello-. También recuerda que, siendo aún niña, una vez justo en el “desvío” del pueblo, frente a la ermita de La Virgen de Los Remedios, se erigió un Trono para el Niño Dios de Belén. Pero nunca más se le volvió a hacer otro.
Ese mismo día, a las 4 de la tarde daba inicio “el Tabal” o “¡Jéu!”, que se acompañaba de la tradicional zambumba y la quijada de burro -consultar escrito dedicado a esta expresión de los izalcos-; esta actividad finalizaba justo enfrente del Templo Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, a la medianoche donde se rendía culto al Niño Dios de Belén recién nacido. Un suceso lamentable acaeció tras la Navidad de 2010: el muy antiguo Niño Dios de Belén, titular de esta Mesa Altar fue hurtado de los recintos de la cofradía, desconociéndose todavía su paradero. Ante esta carencia, un grupo de grandes izalqueños liderado por Israel Antonio Texin -quien realmente funge como Mayordomo de la Virgen-, tomaron acción y tras muchas dificultades y pedir ayudas en el pueblo, en octubre de 2017 encargan la talla de un Niño Dios de Belén, siendo su artífice el escultor izalqueño José Pashaca.
Fue el Presbítero Mario de Jesús Alvarenga párroco de Asunción, quien el 3 de diciembre de ese mismo año, tuvo a su cargo la bendición de la ahora Imagen Sacra con la participación del Señor Alcalde del Común Mateo Rafael Látin, la Mayordomía y compadres de los Cumpas, San José los Sitios, San Antonio, San Cristóbal, San Lucas y San Esteban. El Niño Dios fue llevado en brazos por primera vez por María Tespan en calidad de Madrina. Debido a la avanzada edad de su Mayordoma, fue necesario inyectar juventud y entusiasmo para rescatar la fiesta que a todas luces iba en declive. Así, Israel Texin encabeza hoy, la organización y desarrollo de la cofradía que ha recuperado su brillo y presencia en el pueblo. Una de las particularidades de la fiesta de la Virgen de Belén, es que el día 25 deberá recibir la visita de los integrantes de “El Baile del Tigre y El Venado”, ya que manda la tradición que sea para el Niño Dios de Belén que se realice “la primera bailada” y luego se visite a las demás Mesas Altares. Llegado el 4 de enero, la cofradía celebra al Santo Rey Mago. Cuenta Cristina Vásquez que se hacía una pequeña fiesta durante el día y parte de la noche, pero no alcanzaba grandes proporciones el día culmen 6 de enero, debido a la entronización que se hace desde mucho tiempo atrás, del Niño Pepe o “Niño Dios de las Tortugas” en “La Ceibita” ubicada en el barrio de la Santa Cruz.
Imágenes








